Gente guapa aprendiendo a bailar flamenco

Álvaro
Yo me apunté con muchas dudas e inseguridades, pensando que sería muy difícil que aprendiese a bailar. Desde el primer día, encontré algo mejor de lo que podía imaginar: Un lugar donde aprenderás a bailar, te divertirás, y te sentirás que formas parte de algo muy especial.
El ambiente en Gracia Flamenca es muy especial, te hace sentir tranquilo y concentrado en lo que estás haciendo.
Es un lugar ideal para desconectar y disfrutar del flamenco.
Para mí, es un espacio que me ha ayudado a divertirme y a superarme a la vez.
La profesora sabe dedicarle a cada uno la atención que necesita en función de su nivel y de su personalidad, para que siga progresando y disfrutando de las clases. Eso no significa que no sea exigente, sabe hasta donde puedes llegar y te estimula para conseguirlo.
Después de 4 años bailando en Gracia Flamenca puedo decir que me siento afortunado y agradecido por haberla encontrado.



Vane
Gracia Flamenca es el primer lugar donde sentí que sabía bailar.
Cuando salgo de la clase salgo ligera, como si volase, sin nada en la cabeza y el alma llena, pues el ambiente en las clases te hace sentir… flamenca, guapa, ágil, aire.
Lo que más me gusta de Marta como profesora es su capacidad para convertir el baile en una forma de vivir. Su capacidad para hacerte evolucionar a nivel personal a través del baile.
Apúntate a bailar en Gracia Flamenca, bailarás flamenco desde el primer día sin darte cuenta.























Ana
El flamenco me encanta, forma parte de mi vida y lo tengo en mi corazón.
Cuando me decidí a aprender a bailarlo, quería encontrar un lugar especial donde profesora, alumnos y música se unieran en uno. Después de 2 años en Gracia Flamenca quiero decir que ese lugar especial lo he encontrado y ha superado mi expectativas.
Para mí las clases son más que un aprendizaje de pasos, es un momento del día en el que me enriquezco con la música y con la compañía de Marta y mis compañeros de clase.
Un depósito de energía positiva donde me enchufo una vez a la semana y me recarga por completo.
Lo mejor de las clases es poder aprender pasos para interpretar la música tal y como la siento.
El ambiente en las clases te hace sentir que vales, que importas, que todos somos necesarios y es por eso que salgo siempre muy contenta.
Desde que voy a Gracia Flamenca me siento más liberada, mejor conmigo misma y con mi entorno.























Olga
Nunca pensé que bailar flamenco fuera tan sencillo y tan trascendente a la vez, aprendiendo de la forma tan natural que se hace en Gracia Flamenca.
Venir a clase significa realizarme, divertirme, sentirme valiente.
Desde que voy a Gracia Flamenca soy más yo, me siento fuerte, flexible, viva y con ganas de afrontar mis retos.
Es por eso que durante la semana espero mi dosis de fuerza y motivación que me da el baile flamenco.
Me encantan las clases porque se nota que están bien planificadas, que Marta explica claro y con simpatía innata y crea un clima especial.
Marta es una profesora muy completa y excelente, tanto desde el punto de vista didáctico como emocional.
Me siento muy feliz de haberla encontrado y conocido.
Y es que en sus clases se respira naturalidad a la hora de transmitir y enseñar flamenco.























Xiomara
Se nota que Gracia Flamenca es un sitio creado para disfrutar del arte flamenco.
Durante la semana no veo el momento en que llegue la hora de volver a bailar.
Para mí, Gracia Flamenca es una escuela en donde aprendo y disfruto del baile flamenco, y en donde siempre sacan la mejor parte de mí.
Poder asistir a clase en un soplo de aire fresco. Durante el día cada uno tiene sus quehaceres y no hay un solo momento de respiro. Pero sabes que en cuanto llegan las 20:00 tendrás esa fantástica horita de desconexión del mundo, en la cual poder aprender a la vez que disfrutas del flamenco.
Desde que voy a Gracia Flamenca soy más flamenca y menos vergonzosa a la hora de bailar, me siento libre para expresarme mediante el baile.
Después de 4 años tiempo en Gracia Flamenca puedo decir que cada vez tengo ganas de más.























Emma
Nunca imaginé que el flamenco fuera “el baile de mi vida” hasta que probé la primera clase hace ya 7 años.
Durante las clases sientes que sólo existes tú, tus compañeras, Marta y el baile flamenco.
El ambiente en Gracia Flamenca es relajado y divertido, a la vez que muy profesional. Una combinación que te gustará.
GENTE GUAPA APRENDIENDO A BAILAR SEVILLANAS


Pepe
Me han gustado mucho las clases, son muy divertidas.
Bailar es mi ilusión.























Vicky
La verdad es que el tema de aprender sevillanas en mi caso surgió desde el trabajo, tenía que preparar la planificación de un proyecto que tuviera que llevar a cabo, estableciendo todos los pasos a dar y los plazos de tiempo aproximados en que pudieran cumplirse.
Como del tema laboral me estaba resultando un tanto difícil, nos plantearon empezar por un proyecto personal que nos hiciera ilusión y no hubiéramos llevado a cabo todavía.
Desde pequeña mi ilusión siempre ha sido aprender a bailar sevillanas, no hace falta decir que de esa temática han sido siempre mis disfraces……así que organice los pasos que tenía que seguir para poder aprender a bailarlas.
El día que entregué el proyecto a mi jefe recibí por la tarde un email de gracia flamenca.
El caso es que como ya lo tenía todo organizado y por escrito, contesté el email y a los dos días estaba empezando las clases.
Para mí, ha sido mucho más que aprender sevillanas.
Se ha convertido en la ilusión de la semana, he perdido un poco la vergüenza de moverme, tengo más seguridad y por fin he visto realizado mi sueño de saber bailar sevillanas, ahora toda la familia me dice, “¡por fin! Ya sabes bailar sevillanas, tú que desde pequeña quería…” ¡Me encanta!
Me he sentido muy a gusto con mis compañeras, hemos conseguido mucha complicidad y cariño, y me he divertido lo que no me imaginaba con el festival.























Eva
Llevaba toda la vida queriendo aprender a bailar sevillanas y este por fin, ha sido mi año.
Empezar las clases de sevillanas ha hecho que mi rutina y mis responsabilidades dieran un vuelco. Ahora, los lunes son, para mí, el día más divertido de la semana.
Bailar sevillanas es alegría, diversión, entusiasmo.
Conocer a Marta y a mis compañeras ha convertido esta experiencia en la mejor decisión de mi último año.























Andrea
Gran parte de mi familia es de Sevilla, pero yo siempre he vivido en Barcelona y nadie me ha enseñado a bailar. Siempre que voy allí todos se ponen a bailar y yo no sé. Ahora por fin podré bailar con ellos y eso me hace muy pero que muy feliz.
Las clases de sevillanas significan cumplir un sueño que hace mucho tiempo que tenía.
Además, ir a clases de sevillanas me permite desconectar de todo el estrés del trabajo y pasar un buen rato.
Bailar sevillanas es algo que me hace inmensamente feliz.
Cuando bailo sevillanas me pongo muy contenta y, cuando me salen bien, no puedo parar de sonreír. Aunque aún me queda por mejorar, bailar una sevillana entera me provoca una gran satisfacción.
Cuando salgo de clase estoy emocionada y contenta por el subidón de bailar y, al mismo tiempo, relajada porque he dejado a un lado las preocupaciones del trabajo.
Los primeros días, después de clase, tenía un poco de agujetas. Pero luego ya no, porque noto que bailando trabajo y fortalezco los músculos de la espalda.
Nunca pensé que encontraría una profesora de sevillanas tan simpática y con altas dosis de paciencia que pudiera enseñarme a bailar sevillanas.
Aprender a bailar sevillanas era una de aquellas cosas que siempre quería hacer. Nunca pensé que cumpliría este sueño ¡y en sólo cinco meses!























Sandra
Cuando salgo de la clase sólo puedo decir: Satisfacción plena.
Nunca imaginé aprender tanto ni con tanta calidad.
Gracia Flamenca cumple con mis expectativas de largo.























Mari Cruz
Poder bailar y sentir las sevillanas es una de las oportunidades que me ha dado Gracia Flamenca.
Es el ratito de la semana para dar rienda suelta a las emociones, para mirar hacia dentro, para sentir el compás, para centrarte en tu postura, tus brazos, tus tacones, para dar vueltas a los volantes, para mirarte al espejo y verte lo bien que te sienta la falda y para disfrutar de cada expresión y cada gesto de tus compañeros.
























Inés
Después de dos años bailando, puedo decir que estoy enganchada a Gracia Flamenca por todo lo que me aporta.
- Una hora de desconexión absoluta en la que el cuerpo, el ritmo y las sensaciones son lo único que importan.
- Mucha alegría (da igual cómo entres, vas a salir con una sonrisa en los labios y las pilas cargadas).
- Mayor conciencia del cuerpo y de la postura, y más seguridad en mí misma.
- Un punto de encuentro con gente estupenda con quien es un placer relacionarse dentro y fuera de las clases.
- Un espacio donde profundizar en una música que me encanta: Las sevillanas.
Por todo eso y mucho más (ya encontrarás tus propias razones) ¡te lo recomiendo!
GENTE GUAPA APRENDIENDO A BAILAR RUMBA


Olga
Sin duda lo que más me gusta de Gracia Flamenca es la dinámica y la forma en la que se aprende: bailando.
También me gusta mucho el carácter divertido de la clase, no pretendo ser una profesional sino hacer algo que me gusta de una forma distendida, la mejor forma de aprender en mi opinión.
Aunque llegue a clase cansada de trabajar todo el día, salgo con las pilas puestas y súper motivada.
Desde que voy a bailar a Gracia Flamenca tengo ganas de que lleguen los lunes… ¡algo realmente inaudito!























Aitana
Me gusta el ambiente de la escuela porque es sano, divertido y entregado.
Para mí, Gracia Flamenca es un sitio donde todos dejamos las historias y nos convertimos en bailadores.
Mis compañeras siempre han sido geniales y eso hace que haya un clima muy bonito en las clases.
Las clases de rumba son una hora a la semana que te hace desconectar de la rutina, con mucho movimiento y muchas risas
A toda la gente que está pensando en apuntarse les digo: ¡Levántense y bailen…gocen!























Adriana
A la classe de rumba carrego piles i quan surto em sento relaxada.
Haver-me focalitzat en la classe fa que surti tranquil·la, contenta, ja que m’he oblidat de qualsevol mal rotllo que portés al cap.
També noto canvis a escala postural, d’esquena. El dia que vaig a classe noto que se m’estira la columna, i ja no la sento agarrotada.
El que més m’agrada de les classes és el bon rotllo que genera la profe (sempre rient, fa bromes…), i el ritme de les classes, aprens sense estrès i gaudeixes de la música a través del cos. Això em dóna energia positiva a tope i una major connexió amb el propi cos.























Ivette
El ambiente en Gracia Flamenca es de un buen rollo increíble, desde el primer momento sientes como si te conocieran de toda la vida.
En las clases te das cuenta que, como todo en esta vida, bailar es cuestión de práctica y el buen rollo que la profesora crea deja tus miedos fuera de la clase.
Durante la semana voy muy estresada así que la clase de rumba para mi es la horita de la semana que me dedico. Es mi tiempo, tomo contacto con mi cuerpo, aprendo a moverme y me dejo llevar por la música, no pienso en nada más.
Cuando salgo de la clase soy otra persona. Me siento tranquila, relajada y con las pilas cargadas.
Ven un día a probar. Yo lo hice y al salir dije: ¡La semana que viene vuelvo!























Mercè
Feia molts anys que volia aprendre a ballar rumba catalana, molts. Recordo que vaig estar buscant, no vaig trobar cap lloc on ensenyessin a ballar-la i ho vaig haver de deixar córrer.
Fins que, passat el temps, vaig trobar-me amb Gracia Flamenca. Quina troballa, un lloc on s’ensenyava a ballar rumba catalana!
De sempre que m’ha agradat molt. M’agradava escoltar-la. La ballava a la meva manera perquè sempre era una música que em feia saltar a la pista de ball, i m’encantava veure-la ballar bé quan hi havia ocasió. Poder aprendre a ballar-la és com dir: ara jo també puc.
En ballar-la em sento connectada amb la meva alegria vital. I em desconnecto dels “rotllos” mentals. Em permet estar molt en el present.
Noto canvis en sortir de les classes. Estic més contenta, com amb més seguretat. Quan hi vaig amb algun problema, preocupació o disgust, en sortir de classe segueix estant evidentment però la sensació que tinc és que ja no em té tant “atrapada”…I alguna cosa de tot això m’emporto al meu dia a dia.
Les classes de rumba catalana són el moment que sé que vaig a oxigenar-me, a desconnectar de cabòries i a sentir-me millor. Per això procuro sempre no perdre cap classe.
La professora sap ensenyar molt bé a ballar-la i també sap transmetre l’alegria de la rumba catalana.
GENTE GUAPA DE VIAJE, QUE APRENDEN A BAILAR


Claudia
(Brasil)
Empecé a bailar en país de origen, Brasil en 2009, en Brasil, ¡y fue un flechazo!
Cuando decidí hacer una pasantía de estudios de un año en Barcelona ya tenía en mi lista de “cosas que hacer”: Encontrar un sitio para continuar con las clases de flamenco.
La segunda semana en Barcelona, ya ubicada en un piso, llamé a varias escuelas que encontré en internet. Logré contacto con algunas que me pasaban sin más, los precios y horarios; algunas no contestaban… llamé a una Gracia Flamenca. Sin respuesta, tendría que llamar en otro horario. Así, fue una sorpresa que cuando sonó mi móvil, oír a una Marta de Gracia Flamenca, que retornaba la llamada.
Súper simpática, me preguntó sobre mis estudios de flamenco previos, que ritmos conocía y qué me gustaba…Me invitó a una clase de prueba y me indicó las mejores opciones para mi nivel. Me apunté pronto y participé de una clase de Rumba. Lo pasé bomba…luego empecé las clases regulares.
Por lástima, por cambios en mí cronograma tuve que cambiar para otro horario. Me junté a un grupo que ensayaba un Tiento y… ¡otro flechazo! Los martes eran el mejor día de la semana.
Si estaba cansada o desanimada, luego me ponía a tope con la clase.
Las compañeras de ensayo se fueron haciendo amigas, principalmente en la etapa final, con ensayos extras y la necesidad de un sentido de grupo.
El festival fue fantástico ¡mucha emoción! Para mí participar de las clases fue muy importante para superar a los desafíos que el baile te impone al cuerpo (aprender a los pasos, sentir la emoción, buscar a tu duende…) y para darme una sensación de pertenencia por el cariño y paciencia de Marta y de mis compañeras. Olé























Evi
(Austria)
En total estuve en Barcelona medio año.
Siempre he deseado al acabar la universidad en Viena ir a otro país donde aprender su idioma y su lengua de signos, puesto que soy sorda.
Empecé visitando diferentes curso de idiomas y a bailar en diferentes lugares distintos tipos de street dance, pero un día vi un espectáculo de flamenco y supe que si quería conocer y entender mejor la cultura de aquí, tenía que hacer un curso de flamenco.
Gracia Flamenca me ha dado esa oportunidad.
Tuve como profesora a Marta y he estado bailando en un grupo muy divertido que me dio una bienvenida muy amable.
Hemos trabajado cómo un equipo y me explicaron y repetimos las cosas que no podía entender.
La atmosfera era súper cómoda y siempre me sentí conectada con el grupo y con la profesora.
Cuando quería aprender algo en concreto, Marta me enseñaba con muy buena construcción. Aunque mi castellano no estuvo perfecto, ella siempre se tomó el tiempo para entender lo que necesitaba y me informaba con sus explicaciones.
Un día me sorprendió porque ella sabe hablar un poco la lengua de signos y a veces la usaba para mí en las clases.
Esta experiencia y el espectáculo al final del curso con los músicos, han completado mis deseos de aprender y disfrutar las tradiciones y cultura de Barcelona.























Yessica
(Chile)
Hace ya algunos años tuve la maravillosa posibilidad de vivir en Barcelona por casi 2 años por temas de estudios. Estando allá me dije: ¿Por qué no aprender algo de baile? , dado que disponía del tiempo y las ganas de hacerlo.
Busqué y encontré a Marta y su academia Gracia Flamenca.
En principio, confieso que tenía mucho miedo, pues yo no bailo. En general soy bastante descoordinada y no tengo muchas habilidades, sin embargo, y para mi sorpresa, nada de esto importaba, sino sólo las ganas de aprender a sentir un ritmo tan profundo como lo es el flamenco.
Aprendí algunos pasitos y bailé, poco a poco y gracias al impulso de Marta fui aflojando el cuerpo hacia movimientos que creía era incapaz de desarrollar, mostrándome a mí misma una nueva dimensión que no conocía.
Gracia Flamenca fue además un espacio de acogida y un acercamiento a la cultura siempre acompañada por otras mujeres, acostumbradas a reconocer en la interculturalidad un valor que las enriquecía.
A cualquiera que visite esos rincones, recomiendo pasen por Gracia Flamenca y vivan la emoción que provoca el sentir en cada fibra la pasión de la música y cultura flamenca.
Un abrazo y nos las olvidaré jamás.























Gaia
(Italia)
Hola, soy Gaia, una chica italiana que estuvo de Erasmus en Barcelona hace 2 años.
Cuando llegué a España, tenía muchas ganas de experimentar el flamenco y así me puse a buscar escuelas.
En internet encontré Gracia Flamenca y decidí hacer una prueba: nunca había bailado y también soy una chica bastante tímida, pero Marta fue una persona y una profesora muy disponible y amable y me enseño todo de manera simple y con mucho cariño.
Sus clases me animaban muchísimo.
Hice en total 7 meses de sevillanas y tango flamenco y me enamoré del baile!
Las clases marcaron una diferencia en mi viaje porqué experimenté algo característico de España, las personas eran muy amables y el flamenco me conectó con mi energía y mi sensualidad.
Cuando volví a Roma me puse a buscar clases para seguir bailando en Italia también.
Siempre me acordaré de esta experiencia llevando conmigo las sonrisas, el calor y la magia de estas maravillosas clases.























Lina
(Grecia)
Gracia flamenca ha sido para mí la mejor experiencia que tuve en Barcelona.
Nunca me había imaginado de que aprendería a bailar flamenco tan rápido y que sentiría tan liberada y tan contenta sobre el escenario.
Muchas gracias a la profesora y a toda la gente que conocí en varias fiestas organizadas por gracia flamenca y que me regalaron un poco de la cultura flamenca y tantos momentos felices y muy flamencos!
























Katarzyna
(Polonia)
Buenas a todos, soy Kasia.
Soy polaca aficionada al flamenco como arte, terapia y estilo de la vida. He tenido la suerte de poder participar en las clases dirigidas por Marta en su escuela.
Esta es mi historia:
Atraída por ese baile, me puse a buscar una escuela de flamenco en Barcelona donde las clases se impartieran con pasión, entendimiento y atención a los alumnos y sus necesidades.
Primero llamaron mi atención los testimonios de las antiguas alumnas de Marta presentadas en la página web de GRACIA FLAMENCA, me encantó también la decoración de la página en sí. Tomé la decisión y he apostado por la escuela de Marta.
Hablando de Marta, uno no puede limitarse a describir sus ventajas solamente desde el punto de vista del aprendizaje.
Marta es una persona sincera, dedicada, auténtica y llena de energía ´positiva´.
Durante el curso explica no solamente el “cómo” y el “qué” sino también el porqué del flamenco como arte.
Nos trasmitió el mensaje de que todas podíamos bailar, expresarnos libremente por medio de ese baile y aprovecharlo al máximo para entrar en armonía con nuestros cuerpos y corazones.
Por más difíciles que sean los palos, Marta los reviste de palabras que hacen que esta misteriosa amalgama de gestos, movimientos y pasos se convierta en algo comprensible y casi natural, un medio por medio del cual podemos expresar nuestro estado interior.
Personalmente opino que en el baile lo que importa es la expresión de personalidades, por tanto aunque el flamenco tenga sus palos y sus reglas, estas constituyen solamente la base para que cada uno pueda enseñarles a los demás lo que tiene dentro.
Durante las clases en su escuela realmente empiezas a entender ese misterioso arte, te llenas de pasión y paz interior, entras en otra dimensión.
Las clases con Marta, sin lugar a dudas, te conducirán a bailar, pero hay algo más…
En Gracia Flamenca conocerás a muchas personas increíbles (serán las futuras bailarinas con las cuales compartirás el curso).
Escucharás la mejor música, tendrás la oportunidad de conocer algunos músicos cuyas voces te harán llorar…
Conocerás a una de las mejores personas, pero sobre todo bailarás con una profesora que no te impondrá su autoridad, no se sentirá superior a ti, te convencerá de que puedes bailar y que TÚ eres preciosa, eres divina y eres una bailarina extraordinaria aquí y ahora.