Hacía tiempo que te rondaba apuntarte a clases de flamenco, lo sé.
Cuando ves bailar a alguien piensas “cómo mola”, el corazón se te acelera, te entran ganas locas de bailar.
Pero de ahí a intentar hacerlo tú hay un mundo con sus continentes y sus océanos.
Que si los horarios, que si será muy difícil, vete a saber lo que me cuesta.
Un día sin saber cómo, los dedos tontean sobre el teclado y te pones a mirar escuelas: Fíjate esta que mona-pues anda que esta otra tampoco está mal-esa otra es más feilla pero queda cerca de casa.
Total, que la semana pasada llamaste a la escuela que te robó el corazón y quedaste en empezar a bailar, y ahora no hay quien se eche atrás.
Momento aeropuerto total: Nervios, excitación y ganas de llegar al destino.
¿Habré cogido ropa de abrigo? ¿Era necesario cargar con el diccionario ruso-italiano para ir a Brasil?
Los días antes de la primera clase verás que te asaltan más dudas que si de ponerte un piercing se tratara.
A mí me pillan todos los complejos, y dentro mío no dejo de pensar:
- Todas mis compañeras bailarán mejor yo
- Yo bailaré la peor
- Y se darán cuenta
- Y moriré de vergüenza
- Fin de mi carrera en el mundo flamenco
En los años que llevo bailando habré pasado unas 10 o 12 veces por este ciclo, tantas como profes/escuelas he conocido.
Y aunque obviamente, a todas he sobrevivido, no es lo mismo salir de clase en éxtasis total-nirvana-flamenco-de-primer-orden que con ganas de llorar y pensando ¿porqué yo?/¿porqué a mí?.
En función de la época y de cómo te pilla el cuerpo, todo esto lo llevas con mayor o menor filosofía, pero si hubiera podido expresar lo que necesitaba en ese momento previo a la primera clase, hubiese pedido una guía como la que este estoy escribiendo ahora.
Lo más importante es que sientas que el flamenco es accesible y fácil.
Aprenderlo es divertido.
No es una montaña inexplugable y tú estás con tus minúsculos pies, dando vueltas sin saber por dónde escalar sin despeñarte.
Las clases de nivel 0, por ejemplo, están pensadas para que hagas ejercicios con una dificultad acorde con tu nivel.
Aunque sea tu primera clase, te garantizo que desde el minuto no vas a parar de de bailar.
Simplemente porque los ejercicios son los adecuados para alguien que empieza y se explica todo al ritmo de las alumnas de ese nivel.
Ojito cuidado: Hablo de lo que mejor conozco que es mi escuela.
Cada maestrillo tiene su librillo y con sus leccioncillas, y estas son las que yo aprendí, que mira que antes de ser capitán todas hemos sido marineras de luces.
Ahora sí, aquí va:
6 cosas que has de traer a tu primera clase de flamenco para que sea un éxito total (en Gracia Flamenca of course ;)):
En el apartado físico-material:
Ropa cómoda.
Vente cómoda, que nada te apriete, que nada te moleste. Que te veas apañá.
Tampoco hace falta ponerse la ropa de la mudanza, de esa que luego si acaso la tiras en el contenedor más cercano.
Verte bien te hará sentirte más segura, pero ante todo ven natural.
En las clases hay de todo, entre tus compañeras verás a gente que viene más de calle, otra más deportiva y otra flamenca total rollo falda de ensayo, zapatos y maillot.
La falda de ensayo es una falda de lycra, generalmente negra, que puede o no tener volantes y que funciona a modo de chándal, directo a la lavadora. Puedes sudarla y aguanta todas las trastadas que le hagas, como por ejemplo, pasarse toda la clase arremangada y atada a la cintura para que la profa, que soy yo, pueda mirarte bien los pies y así poder corregirte los zapateados.
Para un primer día de clase es perfecto que traigas mallas y camiseta.
Un mantoncillo a la cintura te ayudará a verte flamenca pero es opcional.
Yo tengo cientos de cientos en clase y te puedo dejar uno siempre que quieras y encantada de la vida.
Con el tiempo irás encontrando tu estilo flamenco que seguro irá evolucionando a lo largo del curso.
Habrá temporadas que vendrás más deportiva y otras más flamencas. Todo está bien si a ti te gusta.
Zapato cómodo.
Lo mismo que con la falda.
Tenemos muchas cosas que aprender/disfrutar.
El compás, la colocación, los brazos, las manos, el sonido del zapato es muy importante, eso es innegable.
También su confortabilidad.
Pero estamos hablando de tu primera de clase de flamenco y los pisos son pequeños y no quiero que tengas un trasto más dando vueltas por la casa.
Lo que quiero es que vengas y que te enamores. Con tus bambas, con tus zapatos de calle, con unos botines, me da igual.
Y cuando acabes la clase y si te ha flipado, entonces sí, entonces te vas corriendo a Menkes y te compras los zapatos de tu vida.
Y digo Menkes porque bailando en Gracia Flamenca te hacen un 10% de descuento en todas tu compras, pero si quieres más información y sitios pide y se te dará.
Si te parece raro que te diga que puedes venir a tu primera clase de flamenco sin zapatos especiales, mira este vídeo de mi adorada Pastora Galván y dime qué lleva en los pies (mientras lleva algo, claro que luego va y los lanza de una patada)
¿Se puede ser más flamenca? Yo lo veo complicado, que mira que me gusta esta mujer a mí.
Botellín de agua.
Vamos a sudar, la cansalada, lo que no está escrito, por todos los poros.
Si eres de las mías que bebo a todas horas, tráete tu botellica.
Yo no voy a ningún lado sin la mía. En la clase sirve también para parar unos segundos y respirar.
Quien bebe, respira, y las dos cosas se agradecen. ¿Te he dicho que vamos a sudar?.
En el apartado psicológico-trascendental:
Curiosidad.

De la que mató al gato, que por cierto lo mató, pero del gusto que le dió descubrir lo que descubrió.
Pregúntate porqué los palos son distintos. Interésate por todo. No dejes de preguntarte y de preguntarme.
Curiosidad y pasión son grandes amigas y van de la mano.
Una primera clase rezuma curiosidad, que son como las dudas pero en más bonito.
¿Me gustará la profe? ¿Sabré bailar? ¿Haré amigas entre mis compañeras?
Para satisfacer la curiosidad de las tres preguntas sólo puedes hacer unas cosa…¡Venir a bailar!
Paciencia.
Roma no se hizo en un día, y al séptimo Dios descansó.
No saldrás de la primera clase hecha una Sara Baras, ni siquiera te lloverán contratos internacionales, pero…¿para que los queremos?
¿Que la profe dice palabros raros? Pues pregunta.
Si no te sale un paso hoy, pues cura sana, culito de rana, si no te sale hoy, lo bailarás mañana.
De entre todas las virtudes que el flamenco ayuda a cultivar la paciencia es de las más agradecidas.
Pero un paciencia no del tipo resignación, si no de la real y amorosa que entiende que todo tiene su tiempo y su proceso y que lo importante es estar en el camino y disfrutar de cada etapa del mismo.
Ilusión.
Mira a tu alrededor, todas las personas, todas las que te rodean tienen sus batallas y sus miedos, también sus ilusiones y sus deseos.
¿Cuáles son los tuyos?
Cuando entres a tu primera clase de flamenco trae contigo, llenito el corazón, de la ilusión que te ha hecho apuntarte a bailar.
- El amor por el baile
- Las ganas de conocer gente maja
- La necesidad de hacer ejercicio
- Conectar con tu tierra
- Entender e interpretar una música fascinante como es el flamenco
- El capricho loco de ponerte unos volantes, vestirte de lunares y decirle al Mundo: Esta soy yo y soy así.
Hay tantas ilusiones cruzando la puerta de la clase cada día, que me parece verlas brillando dentro de cada una.
Ilusiones prendidas en los andares, que te dicen “tú puedes”, ilusiones que están contentas de poder hacerse realidad gracias a que te has atrevido a ir a tu primera clase de flamenco, eso sí, con la tranquilidad de que no te va a faltar de nada: Ropa cómoda, zapato cómodo, agua, curiosidad, paciencia e ilusión.
El resto, que no es poco, lo pone la magia del flamenco.
¿Preparada para tu primera clase?
¡Pero qué bonito este post! Me encanta la foto del gato :-)
Pero que maravilla!!! Así dan ganas de apuntarse, como si enseñaras a hacer tornillos!!! Me apuntaría igual!!!
Es una pena que vivo en el norte!!!
Gracias por este post tan ilustrativo y motivante. Da gusto leerte!!!
Un saludito!!!
Muchas gracias Liliana por tu comentario. Si alguna vez te bajas al sur, estaré encantada de tenerte en clase y de bailar juntas. Un abrazo grande.
Me encantó su forma de expresar, si Dios me lo permite estaré en julio por Barcelona, soy de Panamá y amo el.flamenco y me gustaría poder aprender en ese mes que estaré por allá.
Muchas gracias Karina. No dejes de escribirnos cuando planees el viaje. Un abrazo, esperando poder conocernos en julio :)
Muchas gracias. Me sentí identificada con el post y creí que era a la única que le pasaba.
Gracias por tu comentario Sol :) Me alegro de que te hayas sentido identificada. Un abrazo!
Me ha encantado… solo hay un problema: soy de Mexico y muero por aprender a bailar flamenco! Habrá clases en línea?!
Hola María,
Gracias por tu comentario. Pues no te creas que no me he planteado las clases en línea también. Pero de momento este proyecto tendrá que esperar un poco. Si quieres ser de las primeras en enterarte, sólo has de inscribirte en la news-letter de la escuela y así recibirás todas las novedades en primicia. Un abrazo a Méjico desde Barcelona
Llevo 20 años viviendo en Andalucía, soy Argentina, y lo que más me hacía ilusión era el flamenco, sin embargo elegí una pareja maltratadora x 19 años y en mis años de “juventud” no pude elegir nada para mi, ahora tengo 45 años y ya no me dedico a víctima, y me pregunto? Es posible empezar a esta edad? ya no sólo a bailar sino hacer un profesorado? Es viable? Me ha encantado tu blog, muchas gracias por tu alegría contagiosa, si bailas y enseñas como escribes tiene que ser una pasada!!
Hola Haru, gracias por tu comentario. Nunca es tarde para empezar a bailar flamenco. A cada una le llega el momento cuando le llega. Si este es tu momento, te animo a buscar una escuela y a disfrutar al máximo de tus clases y del aprendizaje, que para eso están. Un saludo desde Barcelona
que buen post!!! ayer me caí luego de dar un giro… verguenza total y pensar que nunca volvería… pero mañana iré
Muy bueno,, en serio, gracias
Je je, es que los giros tienen una guasa que no veas :) Me alegro de que al día siguiente volvieras a clase Laura, esa es la actitud, en la clase y fuera de ella.
Un abrazo
Qué texto tan bonito! Inspiras y animas. Si no estuviese tan lejos, ya estaba en Gracia Flamenca!!
Gracias!!